Se basa en la evaluación de 10 competencias genéricas aplicables a todos los niveles directivos, tanto en el ámbito académico como en el administrativo.
Su estructura se fundamenta en un modelo de evaluación en 360º, que considera la perspectiva de superiores, grupos de interés, pares, subalternos y una autoevaluación. El propósito principal de esta evaluación es identificar las capacidades y áreas de mejora, utilizando una escala entre 1 y 5 puntos para la calificación.